Educadora en 2050

 Holaaa de nuevo agentes del cambio!!

En el post de hoy os voy a contar una historia de cómo creo que será la vida de una Educadora Social en 2050. En esta, quiero intentar reflejar la accesibilidad y la inclusión que considero que habrá en el futuro, de qué manera seguirá siendo valiosa la función de un/a educador/a social. Espero considerablemente que en los próximos años haya avances notables, que eliminen barreras que siguen existiendo a día de hoy.


La vida de Adriana en 2050:

Adriana es una educadora social de 40 años, ella trabaja en una asociación con el colectivo de personas con discapacidad. Ella sabe que la sociedad ha cambiado mucho pero está contenta con la aplicación de las nuevas tecnologías en su trabajo. Antes de salir de casa, Adriana revisa en su asistente virtual lo que tiene planeado para el día. Hoy tiene varias sesiones con personas a las que acompaña, y gracias a la inteligencia artificial, cada plan de apoyo está adaptado a lo que necesita cada uno.

Su primera parada es en el Centro de Innovación Inclusiva, donde trabaja con Javier, un chico con parálisis cerebral. Antes tenía muchas dificultades para comunicarse, pero ahora, gracias a un dispositivo que sigue el movimiento de sus ojos, puede escribir, jugar e incluso programar. Adriana le ayuda en su proceso de aprendizaje y le anima a seguir avanzando.

Después, se reúne con Sofía, una niña con autismo. Ella utiliza un robot terapéutico que le ha ayudado mucho a expresar sus emociones y comunicarse mejor. Adriana observa sus progresos y adapta su plan para que pueda seguir ganando autonomía.

A la hora de comer, Adriana va a la sede de la asociación para reunirse con sus compañeros. Gracias a la realidad virtual, pueden hablar con otros profesionales de diferentes ciudades y compartir ideas y recursos para mejorar su trabajo.

Por la tarde, visita a Martín, un hombre con discapacidad visual. Con los implantes neuroópticos, ha logrado recuperar parte de la visión, pero aún está aprendiendo a adaptarse a los cambios. Adriana le acompaña en este proceso, asegurándose de que, además de entender la parte técnica, reciba apoyo emocional.

Cuando llega a casa, Adriana siente que ha sido un buen día. La tecnología ha facilitado muchas cosas, pero lo más importante sigue siendo el trato humano. Porque, aunque el mundo siga avanzando, siempre hará falta alguien que escuche, apoye y crea en el potencial de cada persona.


Colorín colorado...hasta el próximo post !🙋


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